“Esta cama es de dos plazas pero cabemos tres”, pensó la mujer y miró al hombre a su lado. Acarició su melena rubia y recordó aquel novio de lacio cabello castaño y canas, imaginó el contorno de sus ojos, la curvatura de sus pestañas y la paz de su mirada. Suspiró y mojó sus labios, pudo sentir en su boca aquellos deliciosos besos del pasado.
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